Ha pasado una semana y comienzan a buscarse explicaciónes sobre lo sucedido y entender el motivo y el porque paso lo que paso
Distintas cronicas que hacen analisis y tratan de entender y buscar un motivo para aplicar respuestas y resultados para que no vuelva a sucuder nuevamente.
La tragedia de las inundaciones: 7 puntos clave que fallaron
evacuados y una sociedad todavía perpleja por la catástrofe intentan comprender cómo el drama cotidiano de las lluvias devino en una de las tragedias más inclementes de la historia reciente en la Argentina. Lo que sigue son los interrogantes que dispararon las inundaciones sobre el accionar de los protagonistas políticos y sobre las causas reales del drama.
1 Las obras de la discordia
El agua entró a las casas, los comercios y se llevó autos. Peor aún: dejó seis muertos en la Ciudad, más de 53 en la provincia de Buenos Aires y 20 personas desaparecidas. El ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, aseguró que "no hubo ninguna subejecución en mantenimiento e infraestructura pluvial". Sin embargo, de acuerdo con la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), fue "muy baja la ejecución de las Obras de Infraestructura Urbana", donde se utilizaron "el 5 por ciento de los $107,0 millones asignados".
Y eso no es todo. De acuerdo con el informe de ASAP correspondiente al tercer trimestre de 2012, dentro del gobierno porteño, el ministerio que menos ejecución tuvo de su presupuesto fue el de Desarrollo Urbano, que sólo utilizó el 61,4 por ciento de las partidas asignadas. Si se tienen en cuenta los datos del Ministerio de Hacienda porteño, de los $ 147 millones asignados al programa "Mantenimiento de la Red Pluvial", se ejecutó el 95 por ciento. Pero el programa "Desarrollo de la Infraestructura de la Red Pluvial" fue ejecutado sólo en un 24 por ciento ($50 millones), y el área de Construcciones ejecutó sólo un 12 por ciento de los $40,5 millones asignados.
En la provincia de Buenos Aires, por su parte, a septiembre de 2012, el rubro "Agua Potable, Alcantarillado y Desagües Pluviales" del presupuesto contaba con una partida de $ 1053 millones, de los cuales hasta ese momento se habían ejecutado $ 671,9 millones (el 63, 8 por ciento). Durante 2011, el presupuesto destinado al mismo ítem había sido de $ 952,8 millones, y no fue ejecutado en su totalidad, ya que se utilizó el 81 por ciento de los fondos. Números al margen, ¿son las grandes obras de infraestructura el remedio al flagelo de las indundaciones?
El prestigioso arquitecto Carlos Levinton es un especialista en el tema por haber trabajado en la reconstrucción de ciudades luego de grandes catástrofes naturales en El Salvador, Haití y en Italia. Consultado por WE, descree de las soluciones que puedan llegar a traer la construcción de canales aliviadores y de descarga de los arroyos subterráneos. "La respuesta no está en las grandes obras de infraestructura, que implicarían un mayor endeudamiento y resultados dudosos a mediano y largo plazo", dice. Y agrega: "Los resultados están a la vista, ya que todo lo que se ha hecho no resolvió la situación. Pero no sólo en Buenos Aires, sino en otras ciudades como vemos ahora en La Plata. Es un déficit nacional. En cambio, propone un plan integral urbanístico que se adapte a los cambios climáticos.
2 Buenos Aires tropical
Ante cada tormenta que azota a Buenos Aires, desde el gobierno porteño suelen esgrimir la hipótesis de la tropicalización del clima en la Ciudad. "Los niveles de precipitación de este cambio climático vinieron para quedarse", dijo el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, después de que cayeran 155 milímetros en la madrugada del martes pasado.
Pablo Canziani, investigador principal del CONICET y director del programa de ambiente de la UCA, sostiene que, más que tropicalización, "hay un fortalecimiento de eventos extremos, y mientras a nivel global no se produzcan avances con respecto al cambio climático, seguirán produciéndose".
En 2012, la violencia del clima sorprendió en más de una ocasión a los porteños: en abril un tornado castigó la Ciudad y el Conurbano, con un saldo de 17 muertos. A principios de diciembre llovieron más de 150 milímetros y se repitieron los anegamientos masivos en distintos puntos de la Ciudad. La ola de calor también se hizo sentir: la víspera de año nuevo fue sofocante, con máximas de hasta 41 grados.
"Ninguna región de la Argentina se considera con clima tropical, ya que uno de los criterios para considerar dicha clasificación es que en el mes más frío del año la temperatura media sea igual o superior a 18°C. En nuestro caso no se cumple", indicaba un parte oficial del SMN ante la seguidilla de inundaciones hacia fines del año pasado. Con respecto a la ciudad de Buenos Aires, consignaba que "se está lejos de una posible tropicalización; su clima se clasifica como templado sin estación seca y con verano cálido".
Por su parte, Levinton entiende queel cambio global climático es imparable, al menos en los próximos cinco o diez años. Cada vez va a haber más lluvia, de mayor intensidad y en unidades de tiempo más cortas.
3 Descontrol urbano
La tragedia volvió a poner bajo la lupa al impacto de la construcción indiscriminada en los grandes centros urbanos. "En primer lugar, la Ciudad está ubicada geográficamente y tiene una forma geológica que la hacen propensa a la inundación", dice Raúl Estrada Oyuela, embajador y experto en temas ambientales, que representó a la Argentina en negociaciones ambientales internacionales e integra el Comité de Cumplimiento del Protocolo de Kioto. "A esa vulnerabilidad se le suma una planificación urbana que responde al negocio pero no a como está el terreno".
Urbanistas y expertos consultados por WE coinciden en la necesidad de definir las zonas con riesgo de inundación para que los códigos de edificación puedan ser adaptados. Levinton impulsa que los barrios más propensos a sufrir i-nundaciones cuenten con una legislación urbana especial. Por ejemplo, propone que los nuevos proyectos inmobiliarios reciban financiación del Gobierno para construir techos ecológicos cubiertos de pasto, que permiten minimizar el impacto de las lluvias y ahorrar agua y reutilizarla en las redes de aquellos mismos edificios.
"Desde hace quince años que no se introducen cambios en la forma de construir en la Ciudad, de manera tal que los edificios sean eficientes desde el punto de vista energético", agrega Estrada Oyuela.
4 Cortoplacismo político
"Me parece que lo sucedido es un episodio más que revela la imprevisión", dispara Marcos Novaro, director del Centro de Investigaciones Políticas (Cipol), vecino del barrio porteño de Saavedra y quien estuvo dos días sin luz. Y afirmó: "A Macri lo agarró con el pie izquierdo. En el Gobierno porteño quedó en evidencia que no hay más de dos o tres funcionarios para hacerse cargo. Solo Horacio Rodríguez Larreta, pero como no estaba, se evidenció que (la vicejefa, María Eugenia) Vidal no estuvo a la altura de la situación". Sobre el gobernador bonaerense Daniel Scioli, Novaro asegura: "Nada garantiza que no tenga que pagar un costo político. ¿Dónde está la obra pública de la que se habla desde hace 10 años?". A su vez, cuestionó el rol de la presidenta Cristina Kirchner. "Cuando (desde el Gobierno nacional) vieron que les servía, recapacitaron sobre la marcha, porque con tesitura se puede generar una indignación general. Hubo una sobreactuación como lo fue ir a Roma (a entrevistarse con el Papa)", sostuvo.
Por su parte, Natalia Aquilino, directora del Programa de Incidencia, Monitoreo y Evaluación de CIPPEC, explica: "No se trabajó conjuntamente en el monitoreo y evaluación de las obras; puede haber como instancias esporádicas de control pero no hay sistematicidad y no hay un plan para saber cómo avanzan las obras en el país". Y agrega: "Se debe profundizar en cómo las obras mejoran la calidad de vida de la gente; sobre todo para saber si los impactos son positivos o trajeron problemas adicionales".
En tanto, Julio Burdman, consultor asociado de la consultora Analytica, sostiene: "La primera comunicación pública de Macri no estuvo bien: estaba descolocado frente a la tragedia y, en lugar de ejercer el liderazgo público, se enredó en una telaraña de excusas, explicaciones y justificaciones que no daban cuenta de lo que estaba sucediendo. Cristina Kirchner hizo lo que tenía que hacer, y que debió haber hecho en otros casos: poner el cuerpo, estar cerca de las víctimas y motivar a los funcionarios".
5 Emergencias y planes
El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, caminaba por las calles de Tolosa con el agua hasta la cintura alzando una persona mayor. Antes, los vecinos se habían autoevacuado y brindado ayuda para poder salir de sus propias casas. Las escenas vistas disparan muchas preguntas: ¿Qué hacer ante una emergencia? ¿Qué organismo debe actuar? ¿Adónde trasladarse frente a una catástrofe? Las respuestas están, pero no siempre son conocidas por todos.
"En el municipio de La Plata hay un plan de respuesta. Pero ahí la principal falla tiene que ver con la inadecuada difusión del plan, ya que no todos los platenses lo conocen. Entonces, cuando la sociedad tiene que responder no sabe qué hacer", explica Pablo Bruno, director nacional de Gestión del Riesgo de Emergencia y Desastres de Cruz Roja Argentina. "El otro vacío típico tiene que ver con la coordinación de los niveles nacional, provincial y municipal", asegura.
Consultado sobre cómo confeccionar un plan de emergencia, Bruno enumera: "Deben participar todos los actores de la sociedad de todos los niveles (organismos públicos, ONGs, dirigentes políticos); se debe aclarar qué organismo lleva adelante cada plan en cada lugar; y hay que realizar una permanente difusión del plan". Sin embargo, Bruno aclara que Cruz Roja Argentina, si bien participó en tareas de asistencia en La Plata, no fue convocado al momento en que se confeccionó el plan.
6 Uso y abuso de las alertas
El Servicio Meteorológico Nacional (SNM) fue otro de los que recibió un baño de críticas luego de que Buenos Aires y La Plata quedaran bajo agua. Si bien los meteorólogos sabían que ambas ciudades iban a ser castigadas por fuertes tormentas durante la última seguidilla de feriados, lo cierto es que el grueso de la población hizo caso omiso a las alertas.
Mientras muchos critican el mal uso de las alertas meteorológicas - a partir de las críticas que recibió el SMN luego de episodios como el diluvio de granizo en julio de 2006, su abuso hizo que se perdiera el efecto preventivo de la medida- otros caen sobre la idoneidad del organismo encargado de pronosticar los cada vez más frecuentes fenómenos climáticos. "El SNM no está en condiciones de informar qué es lo que va a pasar, porque no tiene equipamiento ni recursos para hacerlo. Creo yo que ha abusado de la alerta meteorológica. La gente no le hace caso y ahora es el cuento del pastorcito mentiroso: vino el lobo y nadie escuchó", dice Estrada Oyuela.
Por su parte, Canziani opina que "el SMN hace lo que puede con lo que tiene. Es un organismo que fue desmantelado y recién ahora está recuperándose".
7 El rol de la comunidad
Cada día los habitantes del Área Metroplitana de Buenos Aires generan 17.000 toneladas de basura. Con el servicio de recolección jaqueado por un conflicto por la ampliación del predio del Ceamse que involucra a los gobiernos nacional, provincial y porteño, la exposición de residuos en las calles se transformó en una costumbre en los últimos meses. En este marco, los especialistas sostienen que el rol de los vecinos en el manejo de la basura es clave ante la amenaza de fuertes tormentas. De hecho, entre las causas de la inundación, se cuenta el hecho de que la basura acumulada en Buenos Aires y La Plata por los feriados de Semana Santa obstruyó parte de las bocas de drenado.
Levinton también pone el foco en el papel de la comunidad. Propone un plan estratégico de prevención que incluye la instalación de un mecanismo de alerta temprana que notifique a la comunidad local. Para el experto en emergencias, ante la falta de reacción del Estado, los vecinos pueden jugar un rol importante a la hora de mitigar el impacto de estas catástrofes. "De la misma manera en que, por ejemplo en Nuñez, los vecinos armaron una red de seguridad vecinal con normas para combatir los hechos de violencia, también podrían autogestionar un plan contra las inundaciones", concluye.
Por qué se inundó La Plata
Intentar encontrar las causas que provocaron la catástrofe en la ciudad de La Plata implica sumergirse en el estudio de los múltiples factores que incidieron en la tragedia.Cualquier explicación tiene que comenzar con el factor climático. Según el Servicio Meteorológico Nacional, en el momento de mayor intensidad del temporal, la lluvia se concentró sobre el centro de La Plata y no fluyó. De los casi 400 milímetros que cayeron a lo largo del día, 313 lo hicieron en un período de 6 horas, entre las 15 y las 21. La Facultad de Ciencias Astrofísicas y Geografía Física de la Universidad de La Plata, que tomó las mediciones, estima que esa cantidad se concentró en solo 3 horas.
Para tener un valor de referencia, la media en La Plata para marzo, el mes más lluvioso, es de 111 milímetros. La tormenta cuadruplicó ese valor en un día. Según Pablo Canziani, investigador principal del Conicet y director del Programa de Estudios Atmosféricos de la UCA, estos fenómenos climáticos se incrementaron desde 1980 y ya no son excepcionales. “Se observa un cambio en el patrón de las lluvias, tanto en su intensidad como en su frecuencia, y es probable que sigan ocurriendo, pero no se puede predecir cuándo”, detalló.
Frente a esta situación, los especialistas aseguran que es necesario asumir que Buenos Aires es un territorio inundabl e y que una primera medida sería crear planes de contingencia para afrontar estas catástrofes, más allá de las obras de infraestructura que haya que realizar.
La tragedia también se vio agravada por la falta de un sistema de alerta para estas situaciones. Según fuentes consultadas, el radar en Ezeiza alcanza a cubrir sólo un sector de La Plata y se necesitaría un sistema integrado entre Argentina, Uruguay y el sur de Brasil para monitorear correctamente la zona. A este escenario hay que agregarle la obsolescencia de los equipos actuales. “Hace más de 40 años que no hay en el país inversión en instrumental de observación geofísica, no hay tecnología adecuada y lo que hay no alcanza a cubrir las necesidades”, afirma Canziani.
Otra causa para explicar lo sucedido tiene que ver con la reactivación económica que, al igual que el resto del país, vivió La Plata a partir de 2003. Según la Dirección de Estadísticas municipal, hasta 2008 se habían pedido permisos de construcción por más de 2.000.000 de metros cuadrados en la ciudad y sus alrededores. Casas unifamiliares con jardín fueron reemplazadas en forma progresiva por torres y la densidad pasó de 250 habitantes por hectárea hasta casi 1.200. Esto contribuyó a impermeabilizar el suelo y colapsó el sistema de infraestructura.
Para Rubén Pesci, arquitecto y presidente de la Fundación CEPA (Centro de Estudios y Proyectos del Ambiente), éste es un aspecto clave del desastre. “Debería haber un cambio contundente en los códigos de edificación, limitando la ocupación del suelo urbano a no más del 30-40 % del lote, para dejar jardines naturales. De lo contrario, toda el área urbana es una trampa de escurrimiento del agua en ocasiones de tormenta”.
Para vislumbrar la tercera posible causa de la tragedia, hay que remontarse a la inundación que sufrió la zona norte de La Plata en 2008. Según Antonio Elio Brailovsky, especialista en historia ambiental, “al desbordar el arroyo El Gato, la autopista Buenos Aires-La Plata habría funcionado como un dique, y no permitió que el caudal de agua desagotara en forma eficiente”. Brailovsky afirma que esto ya había sucedido hace cinco años y las autoridades estaban al tanto del problema. El especialista también plantea la realización de un trabajo de obras interjurisdiccionales. “Un óptimo plan mancomunado sería que la Provincia hiciera obras de retención de agua y la Ciudad avanzara en las obras de los canales aliviadores”.
Para encarar resoluciones estructurales de este tipo, es necesario que el tema sea una prioridad de la agenda política. En una entrevista realizada por el Diario de Arquitectura de Clarín en 2011 a los candidatos a intendente de La Plata, ni Bruera ni ningún otro hizo referencia a la necesidad de iniciar obras para enfrentarse a posibles inundaciones.
Para el urbanista Alfredo Garay, una solución sistémica que englobe toda el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es indispensable. Dentro de ese esquema, el estudio de las cuencas se impone como una tarea fundamental que todavía no se ha encarado. Una cuenca puede definirse como un territorio que drena agua en un punto común, sea un riachuelo, un arroyo o un río. En el AMBA existen once cuencas, algunas de las cuales recorren tanto la provincia como la ciudad de Buenos Aires. “Hay que implementar un plan a largo plazo de manejo de cuencas para todo el área metropolitana, consensuado entre los gobiernos. También es necesario monitorear la actividad de cada una, ya que cambia todo el tiempo. Es crucial el mantenimiento de las cuencas; cuidar que estén limpias y libres de basura”, explicó Garay.
Según informó el ingeniero Sergio Liscia, director de la Carrera de Hidraúlica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Plata ya se lanzó una investigación para conocer las causas exactas de por qué se inundó la ciudad, “Estamos preparando un informe para la Nación con el detalle del estado de las obras de infraestructura que se estaban ejecutando y del plan hidraúlico que se estaba implementando. Calculamos que podremos concluirlo en 40 días”, dijo.
Colaboraron: Cayetana Mercé, Inés Alvarez y Paula Baldo
Mapa del agua
Los círculos son zonas inundadas donde se registraron alturas de entre 50 cm y 2 metros. Los datos fueron obtenidos a partir de un relevamiento recorriendo zonas y apartir de datos de los mismos afectados. Los círculos rojos piquetes sofocados a la vera de las inundaciones. Al mismo plano se superpuso el curso del Arroyo Perez a la derecha y el Arroyo San Carlos a la izquierda. Ambos pasan por 7 y 522 otra zona muy afectada y desembocan en el arrollo el Gato. Como vemos las inundaciones urbanas coinciden con los cursos de los arroyos. (Elaborado por Daniel García)
Errores humanos y cambio climático causan inundaciones en Argentina
El entubamiento subterráneo de arroyos de llanura y la fiebre de la construcción indiscriminada de edificios, sumados al cambio climático, son las principales causas de las trágicas inundaciones que azotaron a Buenos Aires y La Plata (63 km al sur), con un saldo de 56 muertos, dijeron expertos a la AFP.
El entubamiento subterráneo de arroyos de llanura y la fiebre de la construcción indiscriminada de edificios, sumados al cambio climático, son las principales causas de las trágicas inundaciones que azotaron a Buenos Aires y La Plata (63 km al sur), con un saldo de 57 muertos, dijeron expertos a la AFP.
El fenómeno golpeó particularmente a La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, donde el martes pasó a la historia como el día en el que llovió el doble del promedio de todo el mes de abril, con registros de hasta 300 milímetros en algunas zonas.
"Las inundaciones en Buenos Aires y La Plata tienen orígenes semejantes porque son ciudades que no tuvieron en cuenta a ninguno de los arroyos que existían en el terreno donde se levantaron", explicó a la AFP el arquitecto Roberto Livingston.
El también profesor de posgrado en varias universidades de la región, dijo que "para algunos arquitectos los cursos de agua son molestias y suelen entubarlos. Pero a los ríos no les gusta correr dentro de cañerías, como sucede con varios cursos de agua debajo de la capital argentina".
"El Maldonado fue un río que ha tenido márgenes verdes, que atraviesa Buenos Aires como el Támesis de Londres o el Sena de París, pero muchos porteños desconocen que está bajo sus pies", señaló el profesional.
Este entubamiento de arroyos de llanura estrecha las posibilidades de escurrimiento de las aguas durante tormentas intensas, a lo que "se suma la impermeabilización por el pavimento, la falta de parques y el crecimiento indiscriminado de la construcción", añadió. Las precipitaciones caídas entre el martes y la madrugada del miércoles dejaron 49 víctimas fatales en La Plata y un total de 2.500 evacuados, que bajaron a 1.000 este jueves, mientras que en Buenos Aires seis personas perdieron la vida y centenares debieron abandonar sus hogares, y otras dos fallecieron en su superpoblada periferia.
El ambientalista Osvaldo Guerrica Echevarría apuntó a la construcción de torres en barrios de casas bajas de Buenos Aires como una de las razones del fenómeno.
"La única solución es terminar de construir y, sin embargo, no paran. Todo lo que se hace es acentuar el problema", señaló el integrante de la Asociación Amigos del Lago del barrio de Palermo en la página web de la entidad.
Sobre el tema, apuntó que "todas las bases de las torres se convierten en impedimientos para que escurran las aguas. Son 20 o 30 metros impermeabilizados hacia abajo. Sobre la costa de Buenos Aires, hay una barrera de torres, que constituye un dique al escurrimiento subterráneo de las aguas" hacia el Río de la Plata.
Desde el lado académico, Matilde Rusticucci, directora del departamento de Ciencias de la atmósfera y los océanos de la Universidad de Buenos Aires, ubica al fenómeno "en el contexto de cambio climático global con un aumento de la intensidad y frecuencia de precipitaciones extremas".
Para la directora del departamento que concentra los mejores meteorólogos y climatólogos del país, "estos fenómenos vinieron para quedarse y hay que prepararse para enfrentarlos".
"Hay que establecer un sistema de alertas que comienza con el parte del Sistema Meteorológico y que debe garantizarse que llegue a la población. Por su parte, los vecinos tienen que tener un patrón de respuesta y saber qué hacer y adónde ir", agregó.
De todos modos, Rusticucci señaló que "hay que tomar medidas estructurales para adecuar las ciudades a este nuevo régimen de lluvias extremas" y recordó que Buenos Aires ya había vivido una situación parecida a fines del año pasado.
La filial local de la organización ecologista Greenpeace llamó a las autoridades "a tomar en serio el cambio climático".
"El temporal que cobró víctimas humanas y arrasó con los bienes de miles de familias, tiene como causa principal la irresponsabilidad con la que las autoridades han venido tomando el cambio climático", dijo en un comunicado.
Advirtió que "el marketing ambiental destinado solo a ganar elecciones no sirve" y afirmó que "solo políticas certeras en materia ambiental nos permitirán hacer frente a los nuevos fenómenos extremos a los que nos está sometiendo el cambio climático".
Consultada sobre la falta de interacción entre los estudiosos del tema y los funcionarios y los políticos, Rusticucci admitió "no existen vasos comunicantes y no hay consultas". "Hace unos días, por primera vez, un grupo de legisladores de la Ciudad de Buenos Aires se puso en contacto con nosotros por este tema", reveló la académica, que dirige al grupo de científicos que más sabe del tema en el país.
El entubamiento subterráneo de arroyos de llanura y la fiebre de la construcción indiscriminada de edificios, sumados al cambio climático, son las principales causas de las trágicas inundaciones que azotaron a Buenos Aires y La Plata (63 km al sur), con un saldo de 56 muertos, dijeron expertos a la AFP.
¿Qué ha sucedido en Bs. As. en los últimos 50 / 60 años para qué cada vez sean más graves las consecuencias provocadas por una lluvia copiosa? Sucedió lo siguiente:
a) Se prolongó, hasta en más de 500 m de su lugar original, la desembocadura de los cinco arroyos que desaguan sobre el Estuario del Plata (mal llamado río).
b) Se impermeabilizó la mayor parte de la entonces superficie absorbente de la ciudad con nuevas construcciones.
c) Se redujo sensiblemente la cantidad de espacios verdes, tanto públicos como privados.
d) Se construyeron edificios en altura indiscriminadamente en casi toda la ciudad, pero principalmente en las zonas cercanas a la costa (Puerto Madero, microcentro, Retiro, Recoleta, Palermo, Belgrano, Núñez).
e) En la normativa constructiva de las zonas más densamente pobladas se eliminó la obligatoriedad de mantener el pulmón de manzana absorbente.
f) Por obra de sucesivas repavimentaciones, el nivel de las calzadas ha sido elevado ostensiblemente.
g) Existen barreras físicas, que separan zonas inundables de terrenos absorbentes.
h) Los conductos de desagote pluvial que conducen hacia los arroyos entubados, quienes finalmente desaguan en el estuario, transportan también líquidos cloacales y efluentes industriales.
¿Cuál es el efecto de esta permisiva intervención sobre el cuerpo vivo de la Ciudad? ¿Cómo influye cada una de estas circunstancias, potenciando los efectos de una lluvia?
a) Los arroyos de llanura, como lo que atraviesan la Ciudad de Bs. As., y que entubados han sido convertidos en pluvioductos, tienen muy poca pendiente y por lo tanto poca velocidad de escurrimiento. Si alegremente se prolonga su desembocadura con rellenos sobre la costa, el escurrimiento de las aguas se retarda sensiblemente (a mayor alejamiento de la costa original, mayor tiempo de desagote de los conductos). La costa de laCiudad ha sido rellenada históricamente en una superficie que casi llega a los 40 km cuadrados y la desembocadura de los arroyos ha sido prolongada hasta en 500 m. Este tipo de tareas continúa en la actualidad para ejecutar las ilegales obras de ampliación del Aeroparque Jorge Newbery.
b) El auge de la construcción en propiedad horizontal, ya sea entre medianeras o en edificios de perímetro libre (torres), eliminó la existencia de terrenos privados absorbentes.
c) Durante el siglo XX se redujo la cantidad de espacios verdes públicos en más de 50 hectáreas. Esto, además de ser un perjuicio directo a la población porque se le eliminó la posibilidad de su disfrute, se constituyó en una sensible pérdida de superficie absorbente.
d) Las fundaciones de los edificios en altura implican excavaciones muy profundas que sobrepasan largamente las dos primeras napas de agua. Es a través de estas napas, que los terrenos aún absorbentes acumulan el agua y la envían alestuario. La red de bases de hormigón construidas, constituyen -subterráneamente- un verdadero dique a la evacuación de las aguas de lluvia, retrasando y muchas veces impidiendo el escurrimiento.
e) Los códigos indicaban la existencia de un “pulmón de manzana absorbente”. Esta obligación dejó de existir y desde hace muchos años se permite construir planta baja y primer piso en cada parcela, perdiendo así, el pulmón de manzana, su condición de permeabilidad.
f) Las calles de la ciudad estaban empedradas en un nivel por lo menos 20 cm por debajo de la vereda. Las sucesivas pavimentaciones y repavimentaciones sobre el adoquinado original ha invertido esa relación; las calles (salvo la cuneta de hormigón) han quedado más altas que las veredas, facilitando así la inundación inmediata de estas.
g) Los largos y continuos paredones que rodean los antiguos predios ferroviarios siguen existiendo, a pesar de que su eliminación haría desaparecer una barrera física entre el agua de las zonas inundadas y un gran sector de superficie absorbente.
h) Una parte significativa de la sección útil de los pluvioductos, es utilizada desde hace más de veinte (20) años por líquidos cloacales y efluentes industriales no tratados, ya que la red cloacal está colapsada desde entonces y no existen plantas de tratamiento de efluentes. Esto hace que, no sólo se reduzca la posibilidad de evacuación rápida de las aguas de lluvia, sino que estos líquidos altamente contaminados, descarguen “en crudo” en nuestro ya contaminado estuario.
Todo esto es sabido y reconocido por profesionales y técnicos de diversa extracción, pero dirigentes políticos y funcionarios siguen proponiendo megaobras de transporte, almacenamiento y evacuación de aguas de lluvia (como el peligroso proyecto de los túneles aliviadores del Maldonado) que significan gastos extraordinarios -aún con endeudamiento externo- pero sin contemplar la posibilidad de parar de construir, parar de impermeabilizar y ejecutar proyectos vecinales como son los de generar nuevas tierras absorbentes en los predios que son del dominio público del Estado Nacional dentro de la ciudad -ferroviarios, militares, ex Mercado de Hacienda, etc. que suman más de 300 hectáreas- y construir un lago regulador sobre la ex playa ferroviaria de Palermo.
NINGUNA LOCURA DE SAN PEDRO
La mitad de los 3,2 millones de muertos en catástrofes del siglo XX fueron víctimas de inundaciones. Aquí, el autor, doctor en ecología tropical, postula que el cambio climático sólo extrema fenómenos naturales que son, en realidad, agravados por el hombre.
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